Tecnología

Edge data centers: principales características

Como un universo en expansión, Internet no deja de crecer y de aumentar sus posibilidades. Cada vez son más los sistemas, servicios y aplicaciones conectados a la ‘Red de Redes’, lo que supone también una creciente presión sobre la infraestructura que la sostieneDe hecho, se ha acuñado un término propio para este concepto, el ‘Internet de las Cosas’ (IoT, por sus siglas en inglés); y actualmente se calcula que hay más de 20.000 millones de puntos de conexión que intercambian información con la red global online. 

Indudablemente, esta cifra no va a dejar de crecer en los próximos años, probablemente de una manera casi exponencial, ya que para 2030 podríamos estar hablando de 50.000 millones de dispositivos conectados. Y en todos los casos, con la exigencia de disponer de un servicio que permita su funcionamiento adecuado y casi instantáneo, dado que en no pocas situaciones se tratarán de sistemas de uso vital inmediato, como pueden ser máquinas para la realización de cirugías o coches de conducción automática. 

En ActionsDATA somos expertos en análisis y gestión de datos, por eso hoy en nuestro blog analizamos algunas de las características de los Edge data centers.

La descentralización llega a los Centros de Datos

A consecuencia de esto, el futuro plantea un reto importante a los Centros de Datos. Estos están acostumbrados a evolucionar y a adaptarse continuamente a los cambios constantes del entorno digital en el que trabajan, pero probablemente en estos momentos estén empezando a abordar un punto de inflexión de gran relevancia. Hablamos de un cambio profundo de concepción, en el que necesitan replantearse su estructura y su funcionamiento, para poder seguir aumentando la calidad de su servicio, al mismo tiempo que minimizan los tiempos de la distribución y mejoran los procesos de venta. 

Hasta ahora, bastaba con la creación de infraestructuras basadas en grandes nodos, pues estos podían soportar la carga de datos que se les solicitaba. Pero desde la entrada en la ‘era’ del Big Data, esto ya no es tan factible como antes. O al menos, no para ofrecer un servicio óptimo y de calidad para todos los usuarios. Y es que, si en 2005 en todo el mundo se generaban 5 exabytes anuales (1 exabyte =  1018 bytes)ahora esta es la información que se crea en tan solo dos días.  

Ante esta situación, la solución pasa por la descentralización. La red de Centros de Datos necesita ramificarse y extenderse, para acercar al usuario a la fuente de la propia información. Al igual que lo capilares del sistema circulatorio permiten nutrir y oxigenar cada zona concreta de un cuerpo, han surgido los Centros de Datos basados en la computación Edge. Con ella se posibilita que la información que se produce en los dispositivos del Internet de las Cosas sea procesada cerca de su origen, con lo que se evita su desplazamiento a través de largas distancias a los centros principales y a los sistemas de almacenamiento cloud. 

Características de los Edge Data Centers

Según la consultora Gartner, actualmente el 10 % de los datos que se generan en las empresas se procesan en el extremo; pero en 5 años se espera que esta cifra pase al 75 %. Así que es evidente que hay un cambio de modelo que viene marcado por las ventajas que suponen los Edge Data Centers, tanto para los centros tradicionales como para las compañías y para los usuarios a los que prestan servicio. 

Estas son algunas de sus características distintivas:  

  • Reducen la latencia de los datos. No se producen grandes retardos, porque al formar parte de una estructura descentralizada, pueden permanecer cerca de su origen. De esta forma, procesan la información más rápidamente y pueden responder prácticamente en tiempo real. 
  • Liberan a los Centros de Datos de una carga importante de trabajo, por lo que estos pueden especializarse en llevar a cabo tareas más profundas y complejas, así como en el tratamiento de información que no requiera de gran inmediatez. 
  • Están pensados para trabajar de manera automatizada y sin requerir un gran mantenimiento, por lo que contribuyen a reducir los costes ofreciendo un servicio de calidad. Es más, habitualmente pueden gestionarse desde una única consola, por lo que si aparece algún fallo o problema en su funcionamiento, su resolución es bastante sencilla.  
  • Presentan una configuración personalizable y adaptable, en función de las necesidades requeridas. El cliente puede adaptar el rendimiento que necesita mediante un sistema de módulos preconfigurados y estandarizados. 
  • Aportan mayor seguridad, dado que los datos permanecen en todo momento cerca de su origen y siguen un recorrido menor que si tuvieran que ser tratados en un Centro de Datos tradicional.  
  • Permiten el desarrollo de una infraestructura escalable, porque al tratarse de pequeños nodos o puntos de conexión, pueden crecer y aumentar su número de forma sencilla, llegando a los lugares que son necesarios. Y todo ello, de una forma sostenible y plenamente rentable, que no compromete a los Centros de Datos que constituyen los núcleos principales. 
  • Ahorran tanto espacio como energía, pues normalmente no necesitan grandes zonas para su instalación y porque son tremendamente eficientes en su consumo.  

Los Edge Data Centers complementan, no sustituyen

En definitiva, las bondades de estos pequeños nodos situados en el extremo están fuera de toda duda. Pero hay que evitar caer en el error de pensar que acabarán sustituyendo a los grandes Centros de Datos, porque los Edge no están capacitados para procesar, gestionar y almacenar enormes cantidades de información. Básicamente deben ser vistos como pequeñas extensiones de estos, planteadas para trabajar a nivel ‘micro’ y para desarrollar tareas sencillas concretas que necesiten de inmediatez. Como puede ser, por ejemplo, el streaming de plataformas de contenidos audiovisuales. 

El papel que ya están jugando es fundamental para poder distribuir mejor el ancho de banda y para repartir adecuadamente la presión creciente que supone la consolidación del Internet de las Cosas. Porque en el fondo, se trata de establecer una infraestructura más extensa, profunda y estable, con el objetivo de ofrecer a las empresas y a los usuarios de la ‘Red de Redes’ unos servicios eficientes, veloces, seguros y rentables en entornos de alta exigencia. 

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