La economía mundial se encuentra al borde de una colosal revolución, en la que inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) y la realidad aumentada transformarán la forma en que entendemos el mundo. Y este gran salto se podrá dar gracias a la conectividad inalámbrica a través de las redes 5G.
Esta nueva tecnología no es una mera extensión de la red 4G, ni es simplemente una red inalámbrica más rápida. La 5G permitirá la conexión e interacción de miles de millones de dispositivos de casi cualquier tipo, además del intercambio de cantidades ingentes de datos entre ellos. Se trata de una revolución que permitirá llegar a niveles de productividad e innovación hasta ahora inimaginables.
¿Cómo cambiará el mundo?
El primer y más evidente cambio es la velocidad a la que operarán estas redes. Las redes rápidas actualmente alcanzan los 45 megabits por segundo. La 5G tiene el potencial de superar el gigabit por segundo. Esto provocará que puedas descargar una película entera en segundos o que te olvides de las interrupciones y la frecuentemente deficiente imagen de las videoconferencias.
Pero el cambio va mucho más allá. La verdadera revolución se producirá debido a la cantidad de dispositivos que podrán estar conectados a una misma red y compartir datos entre sí.
Gracias a esto, podremos ver las ciudades llenas de vehículos autónomos, diagnósticos y cirugías con robots hechos a distancia, podremos contar con asistentes de inteligencia artificial que nos ayuden a gestionar nuestro día a día desde nuestros móviles, veremos drones surcando los cielos para llevar a nuestros hogares productos que hemos comprado con un solo clic… En fin, será una nueva forma de vivir y de entender el mundo.
La batalla por ser el primero
El potencial que tienen las redes 5G para transformar la economía mundial están provocando una guerra industrial entre las principales potencias. De momento, China va a la delantera. Desde 2015, el gigante asiático superó a Estados Unidos en inversión en infraestructura para comunicaciones inalámbricas en alrededor de 24 mil millones de dólares, y en su próximo plan económico quinquenal contempla la inversión en este sector de otros 400 mil millones de dólares, según análisis de Deloitte. Además, construyó 350,000 nuevos repetidores, mientras que el país norteamericano solo añadió 30,000 a su red inalámbrica. Esto pese a que actualmente tiene 4,7 repetidores por cada 10,000 habitantes, mientras que China tiene 14,1 por la misma cantidad de ciudadanos.
La carrera por llegar el primero es tan relevante para la economía mundial que recientemente ha provocado un conflicto diplomático entre China, Estados Unidos y Canadá. El pasado 1 de diciembre la ejecutiva china Meng Wanzhou, heredera y vicepresidenta del imperio Huawei, fue detenida en Canadá, donde vive, ya que la fiscalía estadounidense había solicitado 30 años de cárcel para la empresaria, al considerarla responsable de que el emporio asiático accediera supuestamente de manera irregular al mercado iraní a través de su marca SkyCom Tech, esquivando así las sanciones que Washington impuso a Irán.
No obstante, son varios los analistas que señalan que para entender esta detención no hay que mirar a Irán, sino más bien a la guerra que se ha desatado por liderar el mercado de las redes 5G, en la que China, con Huawei a la cabeza, es el gran ganador.
El asunto no es baladí, ya que según señalaba un informe del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, citado por El País, el 5G supondrá una revolución equivalente a la imprenta de Gutenberg, y el país anglosajón está perdiendo la batalla. Y no es solo una cuestión económica, sino de seguridad nacional.
¿Y en España?
El proceso está en marcha, y en consonancia con el programa “5G para Europa: un plan de acción”, deberá ser lanzado a nivel comercial en 2020. Ya en 2018 se produjeron las primeras licitaciones, en las que participaron las más relevantes marcas de telefonía e internet. Además, Telefónica ya está desarrollando su proyecto piloto Ciudades Tecnológicas 5G, en Segovia y Talavera de la Reina, en colaboración con Nokia y Ericsson. Con este proyecto ambas ciudades se están convirtiendo en un laboratorio vivo con propuestas pioneras, desde las primeras capacidades de la quinta generación móvil hasta el despliegue de la nueva red 5G y el desarrollo de casos de uso que permitirán a los ciudadanos y a las empresas disfrutar de las ventajas de esta tecnología.
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