En plena Era Digital, los datos están en todas partes. De hecho, la sociedad actual se ha asentado sobre unos sistemas que precisan de constante información y de comunicación fluida, por lo que los Centros de Datos se han convertido en pilares básicos para que el mundo funcione tal y como lo conocemos.
El problema es que la información crece a cada día de forma exponencial y los recursos no son ilimitados. Sin ir más lejos, en 2018, un informe de Data Never Sleeps indicó que por entonces se generaban 2,5 billones de bytes de datos al día; y anticipó que en este 2020, cada persona produciría 1,7 megabytes por cada segundo. Así que para calcular lo que pesa Internet ya nos movemos en medidas como el zettabyte, el equivalente a 1021 bytes; dado que, por ejemplo, se estima que 35 zettabytes es la información total que se habrá generado en todo el año 2020 al llegar a su conclusión.
Lógicamente, la mayor parte de ella acaba almacenada y es aprovechada más adelante por las empresas, los usuarios o por la propia tecnología. Y es aquí donde los Centros de Datos necesitan responder a esta presión creciente para poder permitir que la información pueda almacenarse, procesarse y gestionarse de forma eficiente. Algo que a día de hoy no podrían hacer de forma masiva sin recurrir a la automatización.
En ActionsDATA somos expertos en análisis y gestión de datos, por eso hoy en nuestro blog analizamos algunas de las tendencias más relevantes en este ámbito.
La automatización permite llegar donde la mano humana no lo hace
La realidad es que la mano de obra humana hace tiempo que se vio sobrepasada por el volumen de datos (Big Data) que se genera en Internet de forma constante. Por eso, la hiperescala a la que se ven sometidos los Centros de Datos conduce inevitablemente a la automatización. Es decir, al empleo de tecnología y de soluciones de software para realizar automáticamente muchas de estas tareas.
Sus ventajas son numerosas, aunque podemos destacar las siguientes:
- Descarga del trabajo más básico a los operarios humanos y les permite centrarse en las tareas más relevantes de los Centros de Datos.
- Se basa en la Inteligencia Artificial (IA) y en el aprendizaje automático, por lo que mejora de forma constante y aprende con el tiempo. Por ello, es una tecnología escalable.
- Minimiza los errores en el entorno de trabajo, ya que libera de tareas repetitivas y aburridas a los empleados y permite que estos supervisen su labor. De esta forma, en caso de surgir problemas o fallos en los sistemas, es posible que alguien se haga cargo de la situación.
- Ayuda a brindar información a los nodos del servidor, además de que permite crear y desarrollar procedimientos de programación y monitoreo dentro de las instalaciones de los Centros de Datos. Así, ofrece utilidades a nivel operativo, pues puede llevar a cabo tareas rutinarias o detectar cambios ambientales que permitan anticipar y evitar problemas técnicos.
- Facilita el cumplimiento de las normas vigentes y de los procesos de instalación en un entorno donde la seguridad es fundamental.
- A nivel empresarial y de negocio, es una solución que marca la diferencia. Como es normal, precisa de inversión e implica unos gastos de mantenimiento, pero al mismo tiempo reduce los costes, al precisar de menos mano de obra humana; y permite la obtención de mayores ingresos y beneficios, a partir de la gestión de enormes cantidades de datos e información.
- La propia automatización incrementa la demanda de datos, ya que necesita de estos para su funcionamiento. De forma que invertir en tecnología como la IA implica formar parte de un ciclo de retroalimentación que consolida el papel fundamental de los Centros de Datos en la sociedad actual.
La automatización no significa desatención
Queda claro, por tanto, que la automatización es una respuesta necesaria al desafío que supone el Internet de las Cosas (IoT) para los Centros de Datos. Pero es también fundamental entender que la labor humana siempre debe estar detrás de todos estos procesos. Tanto para supervisar el trabajo de los sistemas informáticos y programas, como para complementarlos a través de la toma de decisiones y de la realización de tareas más profundas y precisas.
La tecnología todavía está lejos de ser perfecta e infalible, y ni mucho menos está ahora mismo capacitada para resolver por sí misma problemas complejos. Así que no se puede dejar en sus manos la resolución de incidencias y errores, algo que no es infrecuente en estos entornos.
No en vano, según una encuesta de Uptime Institute, cerca de un tercio de los Centros de Datos tuvieron una interrupción entre 2017 y 2018, lo que supuso un incremento del 25 % respecto al año anterior. Y entre los fallos más habituales estuvieron los de origen energético (33 %), los de red (30 %) y los causados por problemas tecnológicos y de software (28 %).
Ante situaciones como estas, es probable que en ocasiones la automatización pueda resolver por sí misma determinadas incidencias, pero siempre debe estar supervisada por responsables humanos. Por eso, es importante que los propios Centros de Datos cuenten con sistemas adecuados de alertas y con protocolos bien definidos para la solución de los problemas.
El COVID-19 refuerza la importancia de la automatización para los Centros de Datos
Por todas las razones ya expuestas, la automatización lleva varios años ayudando a los Centros de Datos en su trabajo diario. Pero su importancia todavía ha crecido más a raíz de la pandemia de COVID-19, porque el establecimiento de medidas de distanciamiento social se ha convertido en algo habitual que ha condicionado la forma de trabajar y de vivir.
Y ha sido en este contexto donde la automatización ha aportado nuevas ventajas para las empresas, entre las que encontramos las siguientes:
- Permite que se cumpla el distanciamiento social, ya que evita la masificación en los centros de trabajo y posibilita la realización de tareas remotas o no presenciales, como el seguimiento online de las actualizaciones de software.
- Las empresas basadas en la nube híbrida pueden preestablecer el aprovisionamiento para sus aplicaciones y servidores, en los casos en los que haya un pico importante de demanda.
- Es más fácil equilibrar las cargas de trabajo de los servidores de datos, ya que la automatización ofrece opciones de diversificación del tráfico a través de los Centros de Datos localizados en diferentes regiones geográficas.
- Simplifica la migración hacia la nube pública. De hecho, esta se está convirtiendo en una solución temporal para muchas empresas durante los peores meses de la pandemia, ya que permite el almacenamiento y la gestión provisional de los datos ante la ausencia de una infraestructura propia.
La automatización ya sustenta el mundo del futuro
En conclusión, con más de 30.000 millones de dispositivos formando parte ya del Internet de las Cosas (IoT), los Centros de Datos hace tiempo que saben que el mundo del presente y del futuro se sustenta en los procesos de automatización. Básicamente, porque estos realizan multitud de tareas simples y complejas que son vitales para satisfacer toda esta demanda de información.
Así que no debe sorprendernos que los cálculos anticipen ya que cerca de 4 de cada 5 tareas (81 %) que se llevarán a cabo en los Centros de Datos en 2025 serán automáticas. Algo que está a la vuelta de la esquina y que se solo se va a poder conseguir a través de la inversión de las empresas en el desarrollo de tecnología de IA y de aprendizaje automático, así como en la potenciación de planes para mejorar el rendimiento, para contar con herramientas analíticas y para disponer de protocolos de seguridad y de resolución de problemas.
Si lo hacen, abonarán el terreno para la creación de un ecosistema ideal, en el que humanos y tecnología puedan colaborar para un uso de los datos más ágil, eficiente, rentable, y seguro para todos. O lo que es lo mismo, para una integración plena que permitirá que la Sociedad de la Información siga progresando y evolucionando.
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