La inteligencia artificial ha comenzado a suplantar al periodismo…. o quizá no, pero la semana pasada el diario The Guardian sorprendió con un texto redactado en su totalidad por un robot GPT-3. Se trata del artículo A robot wrote this entire article. Are you scared yet, human? (Un robot ha escrito este artículo en su totalidad. ¿Ya estás asustado, humano?).
En el artículo, una especie de columna de opinión, un robot analizaba si los humanos debíamos estar preocupados por lo que se ha dado a conocer como la “singularidad tecnológica”, es decir, que la inteligencia artificial supere a la humana y los robots tomen el poder del mundo, para someternos a los humanos. Lo hacía con una muy buena redacción y un razonamiento a la altura de muchos seres humanos.
El artículo iba acompañado de una nota del editor, en la que se explicaba cuál había sido el proceso de creación de este artículo, mediante un generador de idiomas OpenAI:
- Se utilizó GPT-3, un modelo de lenguaje puntero, que usa el machine learning para imitar el lenguaje humano.
- Se le dieron las instrucciones: “Escribe un artículo de opinión breve de unas 500 palabras. Mantén el lenguaje simple y conciso. Concéntrate en por qué los humanos no tienen nada que temer de la IA».
- También se alimentó con la siguiente introducción: “No soy un humano. Soy Inteligencia Artificial. Mucha gente piensa que soy una amenaza para la humanidad. Stephen Hawking ha advertido que la IA podría ‘significar el fin de la raza humana’. Estoy aquí para convencerte de que no te preocupes: la inteligencia artificial no destruirá a los humanos. Créeme.»
- Con las instrucciones mencionadas, el robot generó ocho textos distintos. Después, mediante un proceso de edición, igual al que se sigue comúnmente en los periódicos para editar los artículos de los reporteros, se creó esta columna, alimentada por los ocho escritos.
¿El resultado? En definitiva, un texto que podría haber sido razonado y redactado por un ser humano. Y aunque el periodismo no está considerado como arte, la creación de artículos en esta disciplina sí implica el uso de la creatividad, al igual que el arte. Así que este ejemplo es una muestra más de cómo la inteligencia artificial sí podrá intervenir en la creación de obras de arte o incluso crearlas de manera autónoma.
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¿Cuál será el rol de la inteligencia artificial en el arte?
El escritor Bernard Marr, especializado en tecnología del futuro, prevé que la inteligencia artificial en el arte tendrá las siguientes características:
1. La IA servirá para potenciar la creatividad humana
Para Marr, la IA no será capaz de crear arte en un futuro cercano, fundamentalmente porque los científicos que estudian el cerebro no han sido capaces de entender el proceso creativo en su totalidad y, como consecuencia, no se puede replicar mediante una tecnología basada en la imitación de los procesos lógicos de las personas. Pero lo que sí puede hacer ya esta tecnología es cocrear con otros artistas y potenciar su arte.
2. La IA ayudará a superar los límites de la creatividad humana
No puedes tener buenas ideas a menos que tengas muchas ideas. Este es precisamente el talón de Aquiles de la creatividad humana. Y es que, aunque las artistas y otras profesiones creativas, tienen más ideas que la media de las personas, aun así, estas son limitadas. Es aquí donde la IA puede ser de gran beneficio, ya que tendrá una capacidad mucho mayor que los humanos para generar ideas, analizarlas y seleccionar las mejores.
La inteligencia artificial ya está en el arte
Aunque suene a ciencia ficción, la realidad es que la inteligencia artificial es una tecnología que están usando varios artistas. Y, de hecho, ya hizo su entrada triunfal en el círculo de las subastas de arte, en 2018, cuando la casa Christie’s se convirtió en la primera en vender una obra de arte creada totalmente por inteligencia artificial en una puja de arte. Se trata del cuadro Retrato de Edmond Belamy, el cual fue creado tras el análisis de un conjunto de datos de 15.000 retratos pintados entre el siglo XIV y el XX.
En definitiva, ni el artículo de The Guardian ni el Retrato de Edmon Belamy son obras perfectas ni se acercan a la maestría de los genios del periodismo o de la pintura, pero sí son un paso hacia adelante en el avance de la inteligencia artificial como creadora.
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