En un mundo cada vez más globalizado como en el que vivimos, las grandes ciudades se han convertido en los principales epicentros de la expansión del Coronavirus (COVID-19). De hecho, según un informe publicado en julio de 2020 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por entonces los grandes núcleos urbanos ya provocaban el 90 % de los contagios de esta enfermedad en todo el globo.
Ante esta situación, la solución no pasa por plantear nuevos modelos basados en ciudades menos densas o en políticas que fomenten la desurbanización. Por fortuna, contamos con la tecnología para acceder a herramientas muy poderosas con la capacidad de ayudarnos a tomar el control ante situaciones de crisis, como puede ser la que vivimos actualmente.
El Coronavirus está acelerando la llegada de las Smart Cities
De hecho, el Coronavirus debe verse como una estupenda oportunidad para adaptar las ciudades al modelo Smart Cities, el cual se presenta como una solución ante crisis de gran magnitud gracias a sus procesos de digitalización. Principalmente, porque recursos tecnológicos, como el Internet de las Cosas (IoT) o el análisis computacional, están demostrando ser tremendamente útiles en la vigilancia de la pandemia, así como en la gestión y en la coordinación de las medidas previstas para contenerla.
En ActionsDATA conocemos bien todas estas ventajas que nos brinda la tecnología y, en nuestro afán de construir juntos un mundo mejor, hemos querido destacar algunas de las que se han hecho más visibles en los últimos meses:
- Uso del Big Data para recabar y medir los datos en tiempo real de las ciudades y para facilitar su logística. La movilidad de sus miles o millones de ciudadanos puede ser analizada para evitar las grandes aglomeraciones, además de para garantizar la fluidez del tráfico y de los desplazamientos.
- Facilidad para el diseño de espacios, estructuras y servicios pensados para mejorar también la movilidad y el transporte. Ejemplos de ello pueden ser el desarrollo y la planificación inteligente de carriles específicos para bicicletas y patinetes eléctricos; o la colocación útil de puntos de carga eléctrica para este tipo de vehículos.
- Análisis predictivo de la evolución de la pandemia. Consiste en intentar anticipar lo que ocurrirá en el futuro y de responder adecuadamente, gracias al empleo de modelos demográficos elaborados a partir de datos de censo y de catastro. La tecnología permite descubrir tendencias y utilizar patrones que permitan ver hacia dónde se dirigen las cifras de contagio, de forma que podamos tomar medidas para evitar que esos pronósticos se cumplan.
- Empleo de tecnología para atender a las emergencias y para responder con más celeridad ante ellas. Herramientas como los drones pueden señalar dónde hay mayor congestión de tráfico; mientras que igualmente es posible diseñar plataformas de gestión, para controlar y coordinar los recursos sanitarios o humanos que están disponibles.
- Utilización de la tecnología IoT para hacer un seguimiento de la salud de los ciudadanos y para controlar la incidencia demográfica del Coronavirus. Un ejemplo de ello es la aplicación Radar COVID que se ha lanzado en España para controlar si una persona ha estado en contacto con enfermos del virus y su nivel de riesgo.
- Posibilidad de realizar teletrabajo, para mantener y sustentar la economía en la medida de lo posible y para reducir los desplazamientos y la contaminación.
Las Smart Cities, una tendencia que se impone con grandes resultados
En estos últimos meses, han sido numerosos los casos de éxito en lo referente a la puesta en marcha de iniciativas para el desarrollo de las Smart Cities. En China el Gobierno asegura que está impulsando la adaptación de cerca de medio millar de sus ciudades a todas estas posibilidades tecnológicas; y la aparición del Coronavirus ha hecho que parte de este trabajo se oriente hacia la adopción de medidas sanitarias y de gestión, que contribuyan a erradicar o a contener la enfermedad.
Mientras tanto, en España encontramos el ejemplo del premiado proyecto Onda Smart City de la ciudad de Onda (Castellón). Con cerca de 25.000 habitantes, está demostrando que no es necesario ser una capital de provincia o una ciudad de alta densidad poblacional para incluir la tecnología en su día a día. Y entre sus avances está la plataforma ‘Smart Horizon’, la cual se encarga de recoger en un mismo lugar los datos y la información de diversos servicios verticales que incorporan sensores.
La tendencia es que esto sea una constante en el futuro, porque cada vez son más las organizaciones e instituciones que promueven y fomentan las Smart Cities en todo el mundo. Es el caso de la iniciativa Smart Cities Council impulsada por grandes empresas, universidades y laboratorios de todo el mundo, para el aprovechamiento de la tecnología a la hora de potenciar la habitabilidad, viabilidad y sostenibilidad de las ciudades.
Otro ejemplo es el informe Cities, Policy, Responses elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en colaboración con la Fundación Aquae, con el objetivo de analizar las estrategias de recuperación que están adaptando diversas ciudades del planeta a raíz de la expansión del Coronavirus.
Las Smart Cities, un esfuerzo de todos por el bien común
En definitiva, las Smart Cities sí están demostrando ser una buena solución para controlar y gestionar las situaciones de crisis, y en especial las de pandemias. Pero para conseguir cada ciudad tecnológicamente adaptada se requiere de trabajo y de inversión, tanto pública como privada. Y es que es preciso desarrollar actuaciones globales y coordinadas, para la creación de infraestructuras y de medios logísticos que posibiliten digitalizar el día a día de las ciudades.
Esto permitirá desarrollar plataformas abiertas que serán útiles para analizar y ponderar la información y los datos, así como para tomar decisiones en tiempo real. Un enfoque que además de tener gran utilidad sanitaria, también ofrecerá múltiples ventajas sociales y económicas, dado que también permitirá potenciar el empleo, mejorar las redes de transporte y la movilidad, avanzar hacia un mundo más sostenible o ampliar las opciones de ocio de los habitantes.
Por tanto, el objetivo debe ser empezar a rediseñar desde ya (si no se ha hecho hasta ahora) las ciudades, planteando estos nuevos enfoques sociales, estructurales y productivos desde una perspectiva tecnológica y digital. Es vital fomentar la penetración de Internet a partir de infraestructuras basadas en energías limpias y renovables; así como aprovechar avances recientes como el 5G para conseguir mayor velocidad y estabilidad en las conexiones. Y todo ello, dando especial importancia a aspectos como la seguridad y a la privacidad de los ciudadanos, porque estos avances deberán ir de la mano con la normativa vigente.
Todo con el objetivo de avanzar hacia un futuro mejor a partir de las Smart Cities, lugares donde la productividad sea óptima, la economía pueda desarrollarse y crecer, y los ciudadanos disfruten de un alto nivel de vida; al mismo tiempo que se minimiza el riesgo de experimentar otra pandemia como la actual.
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